Asumimos que la base de la violencia de género está en la desigualdad entre hombres y mujeres, enraizada en las instituciones sociales, y reforzada por una cultura que desvaloriza a las mujeres y las coloca en una posición subordinada con respecto a los varones. Desde este punto de partida, nuestra institución considera necesario desarrollar intervenciones que cuestionen y remuevan creencias, discursos, modelos y mensajes que impiden la relación igualitaria entre hombres y mujeres en las diferentes etapas de su desarrollo. Es por ello que, además de promover en las mujeres el conocimiento y ejercicio de sus derechos, fomentamos nuevas formas de masculinidad entre hombres de diferentes edades y contextos, en la perspectiva de aportar a la equidad, la igualdad, y a que las ciudadanas y ciudadanos se reconozcan mutuamente como agentes promotores de cambio.